Ahzreil, uno de los ancianos de la Orden Sylavea, puso fin a todos los experimentos y selló bajo el templo a todos los monstruos. En esta prisión abandonada, las criaturas se mataron y devoraron entre sí hasta que el rey Kimer puso fin a su agonía. Según el testimonio de un sombramante, si el rey Kimer absorbía más maná, se transformaría en una criatura aún más letal llamada Rex Kimer.